¿Cómo debe ser la web de un escritor? Nos encanta empezar estos artículos con una pregunta y con una realidad: no tenemos la respuesta. Nadie la tiene. El mundo digital cambia tan rápido y ofrece tantas posibilidades que sentar cátedra en una disciplina como ésta nos parece demasiado soberbio.
Pero calma, amigos y amigas escritores y escritores. Sí que vamos a dar cuatro directrices sobre cómo llegar, con nuestra personalidad, medios y direcciones, a la mejor versión web que nuestra persona y obra podrían llegar a tener. ¿Cómo? Sigamos leyendo.
DEFINÁMONOS
Antes de nada, debemos pensar cómo vamos a comunicar nuestra personalidad literaria y nuestra obra para poder reflejarlas en nuestra página web. Por eso, el primer paso consiste en definir quién somos (o plasmarlo sobre papel) y qué queremos comunicar (¿Somos autores literarios? ¿Tímidos? ¿Cercanos?), o lo que es lo mismo, definir nuestra marca personal.
Para poder decidir estética, colores, el estilo del texto de las páginas webs… primero hay que establecer el mensaje. Pensemos que no es lo mismo si escribimos novela romántica, negra o filosófica. No estamos valoramos la calidad, pero debemos tener en cuenta que escribir una cosa u otra condiciona la manera con la que nos comunicaremos con nuestros… sí, lectores.
DEFINAMOS A NUESTRO LECTOR
El segundo paso (muy relacionado con el primero) consiste en definir y entender quiénes son y qué quieren nuestros lectores. Como ya hemos dicho, elaboremos nuestra web en función de si somos autores de novela negra, rosa o contemporánea. Y nuestros lectores, seguramente, tampoco buscarán lo mismo. Pensemos que una web es nuestro escaparate. Y, para llamar la atención, debemos saber qué les hará entrar en nuestra “tienda”.
¿Qué sucede si somos autores multigénero? Sorprendamos. Lo mejor es tirar de nuestra marca personal. No será igual la web de Sir Ken Follet que la de Elísabet Benavent. Luego, pensemos qué puede transmitir mejor nuestra obra en conjunto: ¿Una temática? ¿Una época histórica?
DEFINAMOS NUESTRO OBJETIVO
Vale, ya sabemos qué vamos a comunicar y a quién. Ahora viene lo más importante. El objetivo. En el mundo digital no vale la pena realizar ninguna acción (ya sea abrir una cuenta en twitter como lo crear una web) sin unas metas claras. Esto nos ayudará definir nuestra página con más precisión. ¿La creo para vender libros? ¿La creo para promocionarme como autor? ¿Para un libro en exclusiva? ¿Para compartir mis reflexiones? ¿Para compartir material extra? Y es que diseñaremos una estética y un tipo de contenidos basados en nuestra carrera si queremos hacer una web dedicada a nosotros como autores. Y, en una web de un libro, quizá nos centraremos más en su temática, estableciendo un diseño más acorde con el género.
LA WEB DE AUTOR
Nos decantamos por la web de autor. La escritura es una carrera de fondo y, por eso, debemos confiar en nosotros y no en uno de nuestros libros. Además, es la mejor manera de crear una comunidad de seguidores que, escribamos lo que escribamos, nos seguirán, nos conocerán y sabrán dónde encontraros. Si en el futuro escribimos un best seller, no está de más, entonces, crear la web para ese libro en concreto.
Es muy positivo crear una web con un blog que articule el discurso. Eso nos permite explicar nuestro trabajo, comunicar las novedades, expresarnos, compartir opiniones… Así, enganchamos a la gente, ofrecemos contenido al margen de los libros y empezamos a hacer promoción de nuestras obras incluso antes de empezar a escribirlas.
Veamos más ejemplos de webs de autor. Comparemos estas tres webs de autor: la de Arturo Pérez-Reverte, la de Chuck Palahniuk y la de Jo Nesbo. Busquemos sus diferencias (la de Cercas busca la venta, la de Palahniuk ser una web de autor y la de Nesbo un entremedio) y fijémonos en cómo han escogido colores, diseño, fotos… en función de sus objetivos y su personalidad.
No cabe decir que la ortografía y la gramática de la web de un escritor deben ser impecables. A pesar de eso, nuestra biografía, la explicación de nuestra obra, no debe ser alta literatura. Escribamos claro, solo con la información relevante y dejemos las figuras retóricas para nuestros escritos. Pensemos que mucha gente entra a las webs y lee en diagonal. Cuanto más fácil y atractivo se lo pongamos, más motivos daremos para que nos sigan y para que vuelvan. Pensemos que un fan es un futuro lector, es alguien que nos aportará mucho, que nos dará lecciones y que nos animará en los momentos bajos. Cuidémoslo.
DETALLES DE LAS WEBS
Nuestra web debe ser sencilla y fácil. En los primeros treinta segundos, quien acceda, debe entender quién somos y qué escribimos. A pesar de eso, guardémonos algún as en la manga. Provoquemos que nos envíen correos, que quieran más, que nos pregunten. Si sucede, señal de que despertamos interés.
Creemos banners, sliders, espacios para texto, vídeo, etc… en función de los contenidos que tengamos, de lo que queramos destacar. Como estructuremos la información en la pantalla, los elementos y la cantidad de inputs que ofrezcamos ayudarán a que consigamos nuestros objetivos o no.
Un buen recurso para nuestra web consiste en permitir descargar el primer capítulo de nuestras novelas. Y por supuesto, debe tener un acceso fácil y directo (visible, evidente) a la compra de nuestra obra. Ya sea a través de un banner, de una sección, de lo que sea…
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