Descripción
Hemos constituido na filosofía que no sólo habla del alma como lo que estructura al ser viviente, sino que la incluimos en una categoría que nunca había sido redactada con anterioridad: la fuerza. Vale decir que hay un contraste ejemplar entre las conjunciones fuerza-alma y materia-vida. La legitimidad a la que hacemos hincapié es que el alma a la que atribuimos no estar sujeta per se a las cronologías ni a la corrupción, no es algo de género exclusivo, sino que se integra al inmenso conjunto anterior a la materia, el de las fuerzas (ésta de hecho crearon a la primera). Si no se aprehende esto, esta exposición sería superficial: las cualidades del alma se basan en los atributos de las fuerzas, de las cuales no sólo aún tenemos conocimientos deficientes, sino que a menudo se desconoce en forma rampante a sus existencias.
Distinguimos que las fuerzas no son excluyentes de las esferas de la metafísica, sino que desarrollan sus funciones en el mundo actual (presente), aunque no mutan ni se movilizan como la materia. Y que no podemos llegar a estas por los sentidos, mecanismos que sí nos habilitan de manera efectiva a captar la materia-vida. Las fuerzas rondan extensamente en el mundo y participan de su desarrollo, pero no son entes ni conceptos sino principios puros de acción; sus impulsos e inclinaciones pulsan al mundo material. Investigación filosófica, 3 páginas.
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