Descripción
Había elaborado una declaración independentista en ese ambiente de hombres de fe y de negocios, y se comunicaría en forma clara y exhaustiva sin temer que aquello fuera inasequible o infalible. Ardiendo, con una honestidad insobornable, y eufórico por poder desembarazarse del pasado, el hombre acorraló a la audiencia con sus paralelismos teóricos, innovando, concibiendo métodos, sin entretener disensiones de poca utilidad. Tenía la plena seguridad de que estaba conformando a un núcleo duro dentro de la organización: personas que dejaban de lado a la prudencia y se conjuraban con una felicidad indescriptible. Sus palabras penetraban en los corazones, y él contemplaba como lo aplaudían con admiración. Los planes arquitectónicos que les planteaba, habían cesado de ser horribles para pasar a ser hermosos.
Jorge Mateotti saturó a los Caballeros Templarios con la rasante insistencia en reducir a Jacinto Placido al polvo cuyos bloques se desarticulan apenas los toca el viento, y a un arcano enigma que ya no era necesario desentrañar, y por quien no se debía matizar más a alguna simpatía. Sí, todavía había que tratarlo con una dosis de honor, pero porque había sido reducido a la impotencia. Mateotti dedujo que no ejercía más influencia sobre la Organización, al decir que había quedado anulado y había sido estigmatizado por los medios. Ese hombre era una parcialidad de lo que había sido, el símbolo de lo fulguroso que había entrado en agonía. Su felicidad, apenas perceptible, consistiría en meditar acerca de los viejos trabajos mientras heladas gotas de sudor caían por su frente. Endeble e imaginativo, reconstruiría las posibilidades de ser rescatado a través de las codicias extraordinarias que había sabido preservar. Mateotti expresó entre mudo y absorto como se había puesto cuando se enteró de la suerte de Jacinto, en un mal hadado mediodía en el que no impidió que se deslice de su lengua a alguna truculenta imprecación (bastante inevitable entre los que se manejan con cierto grado de pragmatismo). Placido representó a la condición del hombre que va por calles céntricas y elegantes, y cae por la trabajada trama de una emboscada que no alcanzó a divisar. Ahora había que romper con él por su estatura inmoral, porque se convirtió en alguien tenebroso, mientras Mateotti quería recomponer a la estructura de la Organización. Placido no los aprisionaría ni los correría hacia los territorios desacertados e incoherentes. Los Caballeros Templarios nunca se superpondrían con un contenido conjetural, porque Jorge Mateotti estaba ahí para abordar a los problemas con nuevas perspectivas.
Relato largo,35 páginas.
Amarïe P. King - viernes, 29 de noviembre de 2019
Me encanta todo lo relacionado con la historia. Magnífica narración. Un saludo :)
Toni Ferrán - sábado, 13 de enero de 2018
Muy bueno Daniel.¿Que tal un relato sobre los Cátaros y sus últimos dias en Montsegur? Saludos....
RE:
daniel bernardo grimberg - jueves, 18 de enero de 2018
Gracias Toni. Si, el tema es apasionante.
Arkandius Markus - jueves, 21 de diciembre de 2017
Me ha agradado leerla, aunque técnicamente lo hace mi teléfono , en algunas partes me tropecé por lo que tuve que volver sobre mis pasos, por lo que seguiré viendo un poco más de tus historias, ha bastante de donde elegir.
RE:
daniel bernardo grimberg - viernes, 22 de diciembre de 2017
¡Gracias Arkandius! Tengo muchas historias buenas, y a algunas que son "mejorables" (a través de correcciones). Un saludo.
daniel bernardo grimberg - viernes, 10 de noviembre de 2017
Si Pau. Es una opinión que voy a tener en cuenta. Lo que estoy haciendo es explorar mi capacidad de generar relatos más largos. Para mi es un desafío porque empleó nuevas técnicas. Te agradezco mucho, te mando un abrazo, y sin dudas pronto haré relatos más cortos
Pau March - miércoles, 8 de noviembre de 2017
Hola Daniel amigo qué tal. Me gustan tus historias pero creo que como relatos cortos son algo extensas. Es cosa de gusto, está claro; pero yo creo que la gente prefiere leer a varios autores en media hora (si buscan el relato corto, claro está) que solo uno. Es una opinión. Un abrazo.