Descripción
Apoyándose en la sabiduría de las enseñanzas de Jesús, el apóstol Pablo de Tarso y las sagradas escrituras, el autor reflexiona sobre los peligros de nuestro agotamiento espiritual, y sus consecuencias para nuestra salvación, que el mundo gobernado por Satanás intenta imponer diariamente a nuestras almas y a todo nuestro ser.
El agotamiento espiritual tiene lugar cuando los hábitos destructivos agotan nuestra energía espiritual sutil y el alma se desfigura, distorsionando como consecuencia sus vehículos físicos (cuerpo, mente, emociones, personalidad).
La carne y el Espíritu son completamente opuestos.
Nuestra elección más fundamental como seguidores de Jesús es elegir cada día, en cada momento, a cuál obedecer.
Mientras elijamos vivir para la carne y no para el espíritu, tendremos que enfrentar los peligros de la reducción del espíritu de Dios en nosotros mismos y una disminución de nuestra conciencia que afectará negativamente nuestros vehículos físicos, emocionales y mentales debido a la desfiguración de nuestras almas cuya energía espiritual ha sido disminuida.
La forma más rápida de sufrir agotamiento espiritual es olvidarnos de Dios y Su voluntad para nuestras vidas.
Es la carne, motivada a actuar por Satanás, la que impulsa este mundo.
Andar en el espíritu es crucificar la carne.
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